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EMPIEZA LA FUNCION

Con ustedes: Cerro Huachipa! suena la voz de Dante, en perfecto español, claro si él es peruano. La gente se mira entre sí, como esperando la traducción. Hay latinos entre el público, unos pocos, amigos y familiares nuestros. Los demás son japoneses (algunos son amigos que hablan español) que se han dado cita para el Festival Internacional de Teatro Callejero o transeúntes que se han parado por curiosidad, después de todo aquí no se cobra un centavo (yen) porque la calle es de todos y para todos, y sin rejas de por medio o de costado por supuesto. Pero antes de Dante, el presentador oficial ya nos anunció en japonés, así que tranquilo muchacho, ya salimos.

El sueño de la oruga, se titula nuestra última creación colectiva, aunque para ser sincero, la última creación colectiva de mis compañeros. La falta de tiempo, no vayan a pensar que fue un pretexto para no ir a los ensayos, hizo que me aleje del grupo, pero mi aporte llegaba desde este blog. Así es que estaba tranquilo con mi conciencia. Al menos así lo creí. Asistí a la primera reunión de trabajo, ahí donde las ideas fluyen y desaparecen (torbellino de ideas, dice nuestro compañero más experimentado en estos lances), donde nada es todo y todo es nada. Cuando se tiene algo en mente y no sabes qué, solo sabes que está ahí. Las conversaciones, las discusiones, las bromas, las caras serias. También los eternos segundos de silencio, donde solo nos miramos unos a otros, como buscando una respuesta, una idea. Pero esa tensión se rompe con alguna broma. Nuestros vasos comunicantes, nuestros gestos. El idioma, una mezcla de frases y palabras en inglés, japonés y español, hasta llegar a un momento en donde se necesita la traducción (español-japonés y viceversa) para poder entender la profundidad del momento y de nuestras palabras. Que solemne suena, verdad?

Pero ahí están, como si nuestro amigo el mago Fabio los hubiera sacado de su sombrero, César y Kohta, peruano uno y japonés el otro, para guiarnos, para ir armando el rompecabezas, visualizando la escenas, cómo empezar, intermedio, final. Porque el tema ya esta sobre la mesa, trabajas para vivir o vives para trabajar. Al menos después de tres horas, ya hay un bosquejo. Algunos se despiden con la promesa del hasta la semana próxima. Otros a seguir la charla con un buen café. Y la verdad es que después de ese hasta la próxima, reaparecí en los dos últimos ensayos. Cuando ya estaba lista la creatura. Por eso, el crédito es de mis compañeros.

Los horarios y las fechas se me cruzaban, entonces fue que decidí no participar en los ensayos y mucho menos salir en la presentación de hoy. Sin embargo, había la necesidad de hacer la nota para el blog, de tomar las fotos de rigor y publicarlas. Pero como ya se imaginarán, no hice ni lo uno ni lo otro. En los dos últimos ensayos (agotadores, por cierto) intenté acoplarme al ritmo de la obra y entonces, una vez más, me dejé seducir por el hechizo de enfrentar al público.

Y aquí estamos, desarrollando la historia, la oruga que sueña con convertirse en una hermosa mariposa, las cigarras que viven la vida sin más preocupación que divertirse y las hormigas que viven trabajando y trabajando. Claro, todo esto dentro del contexto de los seres humanos y muy particularmente en el de nosotros los inmigrantes y la sociedad japonesa. En el transcurso de la historia surgen interrogantes, por saber si tenemos sueños, metas. Si solo trabajamos para ganar dinero y así adquirir muchas cosas materiales. La discriminación. Si existe algo más como la familia, los amigos. Intentamos plantear cuestionamientos donde cada uno de los espectadores encuentre la respuesta que más crea conveniente en su interpretación de la obra y de su realidad.

El aplauso del público indica que es el final; parece increíble, tantas horas y horas de creación y ensayos y en casi veinte minutos se terminó... o comienza todo.

Pero la verdad es que no soy crítico ni de arte ni de teatro, ni pretendo serlo. Solo intento compartir estos momentos, que el público no ve, que resume un poco las ganas de hacer teatro, a pesar que nunca estudié para ello, pero existen las ganas, como dice una canción de Silvio Rodríguez:

No hacen falta alas para hacer un sueño
basta con las manos, basta con el pecho,
basta con las piernas y el empeño

Ahora sí, necesitamos beber y comer algo, son casi las cuatro de la tarde. La mayoría de nosotros no hemos almorzado todavía. Uno nunca se acostumbra a esto, siempre parece la primera vez.

Kike Saiki

1 comentario

Zenia -

HOLAS ENRIQUE. Graciaspsor las felicitaciones en el dìa de mi cumpleaños.
¡Què linda esa canciòn de Silvio¡. El es mi intèrprete cubano preferido. Hace poco dio un concierto aquì en la ciudad de Pinar del Rìo, como parte de uan gira que dio por todo el paìs. Visitò al provincia pues dijo que era un regalo para el espìritu despuès del azote de tres huracanes. Fue hermoso. Nos vemos. ¡Exitos en vuestro trabajo¡